jueves, 8 de diciembre de 2011

3º Reflexión: Un viento más pero nunca un viento cualquiera.

(recomendación: Escuchar Blowin in the wind de Bob Dylan)
Mi pequeño barco que un día te vi zarpar,  te veo como una fragata regresar, sin miedo surcas los mares porque nunca vas a naufragar  y con alegría vuela por los sueños que vas a alcanzar.
 “Lo bonito de ser maestro es que cada alumno es un barco distinto, con distintos rumbos, y que tu eres uno de esos vientos que le ayudaran a llegar a un bonito puerto”
Hoy me he sentido bien, es uno de esos días en los que uno cree que el tiempo no se lo llevará como el viento a las hojas de los arboles que poco a poco han perdido ya.
He visto como alguna de las semillas que uno plantó, han crecido, han florecido, dando unas preciosas flores, flores maravillosas de las que disfrutar. Un sentimiento de paz me ha recorrido cada una de mis células, un sentimiento de bienestar ha circulado por mí, y por un día he sido feliz. Para aquellos lectores que me lean, les quiero explicar que es cuando un constructor de veleros diseña un barco, ayuda a construirlo, y llega el día en que por fin lo pone a navegar, siente una mezcla de sentimientos de tristeza y felicidad. Pero cuando al cabo de los años, cuando  observa y vislumbra en la lejanía unas velas ondular, y reconoce con alegría uno de esos veleros que ayudo un día a navegar, su corazón por fin en paz está.
Pues yo me considero no un constructor de esos veleros, ni mucho menos, pero si uno de esos vientos que han hecho a esos veleros volar de puerto en puerto y que ahora con otros vientos ,muchos mejores, navegan en solitario, pero con firmeza frente a las tempestades que pueda encontrar, por ese mar que es la vida, la cual la surcan con gran majestuosidad.

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